VEN A MÍ

Ven a mí a los esteros de mis noches de ensueño
que te haré rugir de pasión en la inmensidad
Seré como la madre tierra, que en sus aposentos
internos y profundos alberga un cuerpo rígido
que ha perdido la noción del espacio y el tiempo
y en su tibio y eterno lecho entra con amor a morar

Y florecerán las mariposas en mi vientre para
perfumar el sol de tu esencia, desde la noche
titilante de estrellas que parpadean con asombro,
hasta el glorioso amanecer, cuando no tengamos
fuerzas para proferir un gemido ni una caricia más

Serás el inquieto y sediento colibrí que no puede
subsistir sin el elixir de las flores,
porque fueron creados para darse mutuo amor,
y en el proceso, se alimentan en caricias etéreas…
¡ Te haré embriagar del sumo de mi vida !
¡ Quiero envenenarte en los placeres de mi piel !

Y quedaremos exhaustos, o casi muertos,
¡con los labios hinchados de tanto besar!
Ceñiremos los misterios de la luna,
escudriñando los recovecos de sus adentros,
hasta que hayamos agotado sus secretos,
y juntos escribiremos poesía que quedará tatuada
por siempre en sus hilos plateados,
y en nosotros, con la dulce tinta de la miel.


Dora Elia Crake
EEUU
Junio 2013

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