Ven a mí
cuando en las verandas
de tu pecho
pesadas cuelguen
las macetas llenas de flores
de mis recuerdos
que yo paciente aguardo
para aligerar tu carga.
Abrazarte a mis tiempos
llevarte por caminos
de sándalo y lavanda
y colocar en tu pecho
ramilletes de orquídeas
que se derriten de deseos.
Y donde te encuentres
si la mañana resplandece
lanzando alboradas de luz
por las rendijas de tus ojos
son mis besos
bañando tu cara
entrando
hasta las fibras de tus venas
y envenenando
de deseos tu alma.
Y en las noches
cuando sientas un calor
que calcina tus huesos...
me he metido sigilosa
entre tus sábanas
y mis labios
recorren tu cuerpo
con el fuego de mis llamas.
Dora Elia
d.e.c. 2013
