ALAS EN VUELO


Has llegado a mí en las alas
del viento de la tarde,
o como en alas del vaho de
una brisa a mediodía;
una brisa tan cálida,
suave y cadenciosa,
que en su incesante ir y venir
roza mi piel en libertad,
y la humedece,
sin límites,
sin inhibiciones,
sin importar espacio
o tiempo,
y que abrazándome toda
me provoca calores,
y humedades,
así como lamen y mojan
los gatos su cuerpo

Y le han crecido alas
a tus labios y a tus manos,
que me recorren como
inquietas mariposas
volando frenéticas
de aquí allá,
buscando saciar
su hambre y su sed
por los confines
de mi cuerpo

Y te vuelves
la boa constrictora
de mis antiguos
sueños y quimeras,
me constriñes,
te enredas en mis piernas,
y mis gemidos
exacerban tus fuerzas,
y aprietas mi cintura,
y me subyugas
como dobla un recio
viento el tallo de las flores

Y un colibrí,
que de júbilo canta,
agita incesante sus alas,
va libando en regocijo las
ansiosas flores de mi vergel,
volando extasiado,
vuela feliz y contento,
¡Oh, como vuela el colibrí!
¡Oh cómo goza libando!


Dora Elia
EE. UU.
10 de octubre 2013

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