Me tiré en el desquicio
del vientre del sol
besando sus volátiles misterios
uno a uno
y me penetró
como garfio de hierro
hasta suavizar mis huesos
y sangrar mis poros.
Caminos de mullidos labios
que besaron mis pies
desquebrajándome
hasta azuzar mi pecho
ahogando en la almohada
mil gemidos
y las sábanas
que se rompieron en añicos.
Noche de piedras
algodón y miel
desequilibrio de las horas
el cielo
y sus fibras en desquicio
desvanecimiento puro
hasta el alba.
Dora Elia.
30 de noviembre 2013.
EE. UU.
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