Las paredes escuchan
y comentan entre sí.
Hablan de las mil y una noches
que fueron testigos oculares
de titánicas batallas,
involuntarias videntes,
calladas espectadoras
a veces en la oscuridad
a veces en semi-penumbra.
Y la cama suspira
de contorsiones de ayer
sobre sus sabanas
que no sabe explicar ni entiende,
antiguos palpitares,
ejercicio a las fibras de sus músculos
ahora de agua.
Y la vida que corre.
Y la vida que pasa.
Dora Elia.
22 de noviembre 2013.
EE. UU.
Derechos reservados de autor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario