LOBO TROVADOR

Esa vez la luna se vistió con su mejor atavío
su piel de seda lució un hermoso vestido
de satín chispeado de titilantes fulgores.

Eran no menos que fragmentos de luceros
y polvo de constelaciones que pidió prestados
para estar bella pensando en la ocasión

Era noche de gala
estreno de la mejor obra escrita en la historia
el encuentro tuyo y mío.

Llegaste cargado de rosas
y un fino champagne
y se traslucía en tus ojos
–delatándote-
aquél vivo deseo
que incendiaba tu piel
y roía mordiscos
de mariposas en tus labios.

Y fuiste deshojando
los pétalos rojos en mi cuerpo
cubriendo entre besos mi desnudez.

Y soltó la luna su largo pelo negro
que como manto de terciopelo
acarició las horas
de los trayectos de tus boca.

Y tocaste mi lira
que provocó de mi pecho
sonidos de cuerdas de alabastro y mirra
y te encorvaste como galgo
en preciosa carrera.

Y fuiste aullando como lobo trovador
cantando en susurros
a los oídos de la luna


Dora Elia
EE.UU. 2013

Derechos reservados de autor.



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