Me besaste aquél día
y mi vida de cabeza giró…
a mis poemas les crecieron alas
que quisieron revolotear
como mariposas en tu piel.
Mi cuerpo se llenó de arpegios celestes
que cimbraron mis esquemas
y mi amor quedó preso de ti
atrapado
en la madreselva de tu boca.
Escribí mis versos muchas veces en tus labios
con la tinta carmesí de la pasión de mi sangre
y fuimos flor y colibrí
jinete y corcel galopando
llanuras y prados
ola que baña la arena
ímpetu que arrebata el aliento
fuerza que sucumbe al cansancio.
Y se nos rompió el amor
se nos rompió el deseo
de tanto usarlos
un día con otro
me sorprendió la mañana
escribiendo versos en
otros brazos y otros labios.
Dora Elia
d.e.c 2013
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