ENCUENTRO DE FUEGO

Llegó así
sencillamente así
de la nada
sin explicación
sin cómo
ni porqué

con sus ojos de ámbar
curtidos por el fuego de un sol
en busca de una fuente
para calmar su sed.

En un fingido soslayo
clavó a escondidas
su mirada en mí
penetrándome en lo profundo
atravesando mi todo.

Y fui misterio de imán para él
parado ahí
de frente
mudo como tabla
sin poder articular sonido.

Sus labios parecían
brincar de su rostro
en palpitaciones de estrellas
corriendo a los míos
que sangraban
en derrame de besos
y de ansias
que por su cuerpo morían.


Dora Elia.
7 de enero 2014.
EEUU.

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