Canta la noche una sinfonía
dos cuerpos -uno-
aromas de intimidad
llenan la estancia.
Dos respiraciones -una-
no hay prisas
el tiempo se ha quedado quieto
afuera nada importa
¡nada!
¿Llueve?
¿Hace frio?
¿Calor?
No saben...
sólo que están ahí
y el aroma de una esencia -dos-
se ha confundido.
En la habitación dos cuerpos -uno-
transpiran
gimen
desatan lo que los consumía.
Murmuran al oído cuántas cosas.
¿Qué se dicen?
¡Que importa!
Serán cosas
tal vez después olviden.
Dos cuerpos -uno-
y de la ventana atisba la luna.
Dora Elia.
4 de Enero 2014.
EEUU.
Derechos reservados de autor.
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