Pronuncio tu nombre
y se me estremece el mundo
gritando a penas en lloros
a escucharme las estrellas.
Y se me cimbra el suelo…
este piso a veces inoculado
contra la ígnea gravedad
de cuanto suceda a mi alrededor.
Y tú
con esta manía tan tuya
de llegarme ladrón furtivo
y entre mis sábanas colarte
interrumpiéndome el sueño.
Y yo
con esta manía tan de mí
de esperarte sin falta
rogando el desvelo
que sus bordes decora.
Y vas sembrando mi cintura
de las prolíficas semillas de tus manos
y tu boca que arremete contra mi piel
y tu lengua homicida
que me ataca a matar.
Dora Elia.
31 de Octubre 2014.
EE.UU.
Derechos reservados de autor.
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