RECORRIÉNDONOS

Dime tú,
que ves de aquí allá y vuelta,
de la distancia de mi cuerpo al tuyo,
tan larga -o corta- y precisa
como extender al frente
los brazos para tocarnos.

Y dime,
que sientes
al estar yo parada
ante ti en el tiempo,
a tu alcance,
sin otra cosa
que mi desnudez,
forma libre y pura,
mi caparazón original.

Dime,
¿te llegan las ondas
de mi cuerpo?
Lenguas,
flamas incendiarias
que despide mi sol
y me amontonan,
me inundan,
buscan salida…
y las lanzo a ti
a que paseen tu envoltorio
norte a sur,
este a oeste
y busquen fértiles
caminos que lleguen al mar
y recorran centímetros
de suelo buscando
manantiales de leche y miel
y se estacionen,
esperen a que llegue…
voy sedienta.

De aquí allá yo sólo veo
que la distancia entre mí
y el infinito esta tachada
de suspiros que ruedan,
gemidos de suave tersura,
gritos silenciosos
que del pecho se derraman…
y que estás frente a mí
con capa de besos que afloran,
sentimientos como brasas,
coraza de pasión
y una espada filosa
lista para la brutal contienda.


Dora Elia.
28 de Enero 2014.
EEUU.

Derechos reservados de autor.



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