Tumultuosos deseos que desaguan de mi boca
van buscando impacientes tu encuentro
y mis pasos apresurados que corren a ti
no los detiene obstáculo ni el tiempo los evita.
La flor de eternos años y la tierra en su maceta
ansían el temporal de lluvia fuerte de tu boca.
Tararean canciones yendo rumbo a ti
en busca del mármol travieso de tus dientes,
que solapan mordiscos y derraman placeres
y maceran impunes mis muslos y mi vientre.
Subversivo mi poema se vuelca en tu piel
y vuelas libre como al viento la hoja...
y las horas que deslizan suaves de mi verso
apuntalan más tus más recónditos secretos
y agresiva se vuelve contra mí la roca.
Acicálame por siempre en el arte de tu amor
y llévame a parajes recónditos de tu madriguera…
Quiero desquiciarme en tus brazos de sol
y morir en el manicomio que tu lengua invoca.
Dora Elia
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